martes, 25 de abril de 2017

4ta Entrega.- Argentina, país infinito

Recien ahi, del otro lado de la perfeccion, seguia lo lunar, la inmemsidad seguia llamandose Catamarca.

Volviamos a Fiambala y al otro dia nos ibamos hacia el paso San Francisco: los famosos seismiles estaban cerca. El camino era la ruta hacia la enormidad, montañas y mas montañas, quebradas rojas llenas de verde, curvas y contracurvas se nos venían encima, pero a medida que nos alejabamos del pueblo el rojo y la vegetacion desaparecían. Ahisito un valle de dimensiones interminables caminan a Chile. Cuando el frio se presenta a esas alturas la vegetacion no resiste ni puede clorofilarse, por eso su color cambia al amarillo, que tiñe el marron dejando montañas amarillas de puntas oscuras, si es que no llegan a nevarse. Llegando al paso se ven los seismiles: El Cerro San Francisco, el Condor Huasi y el tercero que no recuerdo, pero el paso estaba cerrado por complicaciones climaticas del lado chileno, y aunque ibamos hacia la Laguna Verde que esta del lado argentino, tocaba esperar. Una hora y seguimos. Llegamos a la laguna, aunque antes pasamos por otra habitada por flamencos que pudimos ver a 15 metros, algo bastante inusual. La Laguna Verde asimila desolacion, la nada misma entre los dos países. Volviendo, otra que mezcla su liquido con salares, sobre la ladera de la montaña entre el blanco, el negro, el verde y el celeste del cielo, y en el medio de este lugar un baño termal que no probamos. Esta segunda, claramente mucho menos comentada que la Verde. El paraíso suele no ser el que nos dicen. Volvimos ya de noche y nos fuimos a las hermosas termas de Fiambala. He dicho que no me gustan las termas, pero estas me han atrapado y debo retractarme: no me gustan las termas, excepto las de Fiambala. Ademas de entrar tarde y disfrutar de la noche y la soledad, su forma de cascada se construye con rocas del lugar, de vertientes grandes que renuevan su contenido y van aminorando la temperatura desde los escalofriamtes 45 grados, aun si faltasen argumentos para cambiar de opinion, uno se sienta en el agua a dejarse rodear de montañas y estrellas, con decir que nos fuimos a la una de la madrugada.

Al otro dia bajamos nuevamente hacia La Rioja y me despedí, nuevamente, de Cirilo con un abrazo y un buen viaje en el cruce de la 40 y la 60, en un pueblito llamado Alpasinche. Seguido preguntaba a un comerciante mientras cargaba mi botella de agua de pozo, donde debia hacer dedo y me contaba la historia de un pueblo que habia quedado sumergido por el barro y que nadie atrevia a entrar ya que estaba maldecido, ya sin preguntar de mas, cruce al punto donde el pulgar se alzaría.

Tardo muy poco en llegar Eustaquio y Cecilia, una pareja de Tucumanos que hacia mucho vivian en Caleta Olivia pero que estaban de visita por sus tierras norteñas. Hablamos de mucho y el viaje se hizo corto. Me dejaron en la plaza de Belen bajándose de la camioneta y dandome un abrazo para desearme un buen viaje. Esta es la capital nacional del Poncho, donde las comunidades aborigenes empiezan a sentirse fuerte y la gente se llama por su apellido, como si la contradiccion no fuera tal y la convivencia de la concepción colombina y la originaria fueran la misma. La gente de rasgos claramente aborigenes te pregunta el apellido, te desconcierta; y aunque sea claramente estamental, te choca, y si te detenes a pensarlo te choca mas. Ahi mismo me acerque a Marcelino y Sheila, él colombiano y ella argentina, dos artesanos a los que le pregunte donde se podia parar o tirar la carpa. Mercelino pan y vino como se decia, me llevo hasta un hostel donde estaban parando. Ahi me quede, y despues volvimos a la plaza. Ya habian llegado varios otros, cuando un paisano nos invito unas cervezas y unas pizzas. Belen no tenia mucho para hacer, pero justo me cruce con Luciana y Gustavo una pareja que habiamos conocido en el hostel de Fiambala con Cirilo, me chistaron en la plaza y arrimamos. Ellos iban para una circuito que hay por la ruta 40 que atraviesa el Condor Huasi (no el cerro, sino una zona llamada de la misma manera) y otros campos de nogales en la montaña, me sume al pase y a la noche volvimos a Belen a visitar un taller de piedras donde aprendi que la Rodocrocita es la piedra nacional, luego de eso nos despedimos. 

Al otro dia me fui para Londres. Lo se, es tremendo pensar que en una region en donde nace una de las culturas aborigenes mas fuertes como la Diaguita, exista un pueblo con ese nombre, y mas si nos enteramos que en ella se emplaza una ciudad ceremonial incaica. Hacia alli fui. Su nombre es el Shincal. 

Parece que los Incas eran bastante astutos. La realidad es que estos pueblos existían con muchisima anterioridad a la llegada de los Incas. Los Diaguitas, que solo es una denominacion aglutinante, ya que los Diaguitas como tal nunca han existido, siendo que el nombre lo adquieren como forma de agrupacion de los aborigenes de la Puna y NOA. Como decia, Los Incas eran buenos guerreros y mejores ingenieros. Llegaban con espias a los poblados y descubrian sus fortalezas y sus debilidades, y mas tarde aparecían con las buenas nuevas de que debian adosarse al imperio. Obviamente que la negativa significaba el destierro; aunque eran bastante inteligentes, porque si bien los hacian trabajar para ellos, le respetaban sus creencias y sus modos de vida, asimismo los instruian en la agricultura y en el riego, en donde eran insuperables. De esta manera el Shincal era un centro de ceremoñas y administracion, donde se dejaba festejar a los nativos para tenerlos contentos de su nueva situación política, el famoso pan y circo. Pero esta dominacion duro solo medio siglo porque luego llegaron los españoles. Todo esto se puede ver en este lugar reconstruido para la memoria de los pueblos y el turismo de las civilizaciones. Practicamente todas las ruinas que se encuentran en el pais, sean Los Quilmes o el Pucara de Tilcara han sido reconstruidas.

El camino siguio y el destino fue mas inospito aun, creo el mas que me toco en este viaje: Antofagasta de la Sierra. Fue dificil llegar. Desde Belen me levanto una pareja con su hijo quien iba durmiendo en el asiento trasero donde me acomode. Es increible como hay gente que confia todo y gente que desconfían de todo. Ellos me dejaron en el Eje, que es la misma interseccion de la 40 con la ruta que va hacia lo desconocido. Me compre unas empanadas y despues paso un camionero mascando coca y me llevo hasta un pueblito de escasas casas. Cuando me baje senti por primera vez la sensación de desolación y angustia propias de lo desconocido, como cuando sali del metro de Callao por primera vez en Madrid con solo 23 años solo, esa misma experiencia de sentir que no existe nada, que no hay nada que signifique, de estar en un lugar absolutamente ajeno a todo lo conocido, y donde no hay definitivamente nadie. Me sente en un cantero y espere a que pasara algo, ya no un auto, no una persona, algo. Ese algo fue un perro y como nunca antes en mi vida busque su contacto, insinue desesperacion con unas ganas irrefrenables de que se acercara. Lo hizo pero el intercambio fue muy breve, asi que mis ojos siguieron buscando obstinadamente otra cosa. Mi mente no se atrevia a aparecer, ni mu decia, cuando por fin asomo un autito gris que se detuvo y abriendo rapido la puerta me invito a subir velozmente. El chofer era Oliverio, profesor de historia originaria, con el que aprendi mucho de aquellos pueblos, sin embargo lo mas fresco que retuve de él fue la reaprension del concepto de cultura, me dijo... el instinto se muere cuando te das cuenta que no podes estar con tu madre. Jamas habia comprendido tan contundentemente el antagonismo de lo instintivo y lo construido, rodeado de un paisaje de bocas abiertas.

Este me dejo en un pueblo de montaña muy bonito llamado Villa Vil, y como hacia mucho frio me cambie en la ruta esperando que alguien pasara. Al muy rato lo hizo un hombre en su camioneta. Iba a recoger a su mujer que era profesora y estaba terminando las clases a finales de marzo. En invierno es imposible ir al colegio en estos lugares. Las clases son entre primavera y verano. Me dejo alli y eso era la misma nada. Hacia frio y por ahi no pasa persona. Entre a una hostería y pedi agua caliente para unos mates, unica posible opcion que barajaba mi cerebro. La mujer muy gentil me dio el agua y me dijo, que fuera a la ruta (era saliendo de su local) y que esperase que siempre alguien pasaba hacia Antofagasta. Estaba a 120 kilómetros del lugar, sobre camino de ripio y montaña, donde solo acceden camionetas, pense que la señora me estaba tomando el pelo, lo juro. Yo le daba unos mates a mi cuerpo y en un momento la señora me dijo, ah.. que pena, acaba de pasar una comioneta de la municipalidad que iba para alla... Me queria morir. Pense que era imposible que alguien me llevara hasta la nada y mas a esa hora, tenia pensado hacer noche ahí. Con todo mi amor a la vida, sali al frio total y espere. Ya eran eso de las 8 de la noche cuándo una caravana de camionetas de la empresa estatal de electricidad de la provincia se detuvieron en lo de la doña. Se preparaban para seguir camino. Ni me anime a levantar el dedo cuando el capitán de la expedicion me miro con la mochila de lado y me dijo: vos que haces aca? Voy para Antofagasta. Vos estas loco. Acto seguido agarro mi mochila, la puso en una bolsa de consorcio, la subio a la caminoeta y con los ojos me ordeno que subiera. Te vamos a llevar a Antofagasta dijo. La ruta era verdaderamente sin sentido, un frio letal, y camiones y camiones de trabajadores que tenían que instalar unos nuevos transfonasores en el pueblo. Las historias de los muchachos eran impresionantes. Uno habia sobrevivido a una descarga de 33 mil kv, una cosa de no ser creida. Con ellos me entere que aquelllos estoicos Masinger Z de las rutas y sus cableados son reparados con helicopteros y que para poder operarlos los tecnicos deben "entrar en el circuito de la electricidad", que transportan nada mas ni nada menos que 200 mil kv de energía. 

Llegamos a Antofagasta a las dos de la mañana. Llegamos a lo de Delfina e Ilario, los padres del intendente. 

Abrio la puerta el chaparito y tostado dueño de casa, portador de una tranquilidad inusual, fomentada por una ceguera incipiente que aguantaba con dos protuberantes lentes. Alli tenian pensado dormir los empleados de la empresa estatal, pero yo no tenia pensado lo mismo, aunque la cara de aquel ser lunar me convenció. Me dejo tirar mi bolsa de dormir en el suelo y planché. Al otro dia pase mi carpa al fondo de la casa, un jardín lleno de autos, chatarras y manzanos. Las comidas con la pareja mayor eran de lo mas entretenidas. Delfina una mujer que llevaba los pantalones en la casa e Ilario un hombre entrañable que no hacia otra cosa que reir y decir: eso hablalo con Delfi.

Yo no se si el lugar hace a la gente, pero en este caso la coincidencia era absoluta. Antofagasta de la Sierra es sin exagerar uno de los lugares mas increibles que he conocido en mi vida. Para llegar hay que atravesas muchos kilómetros de ripio y soledad, pero cuando uno llega a ese lugar lo resignifica todo. Con dos craters de color negro, salares, lagunas rojas, cielos estrellados y diáfanos en el dia, montañas inmensas, y cañones de anaranjados e intensos, valles de piedra pomes, alamos y yuyos, arenas y una amplitud que invade. Lo camine, fui a sus lagunas y un dia fui al volcan (inactivo) que lleva su nombre. Comence a traspasar las pendientes de piedras volcánicas, hasta que llegue a su ladera. Ascenso y en un minuto a los 3500 metros me apune. Nunca habia tenido la sensacion de la puna. Las rocas negras diluian el horizente y toda posibilidad de foco, el mareo era fuerte y la falta de oxigeno no ayudaba. Tuve un principio de ataque de pánico al pensar que podia morir, pero mi cerebro se tranquilizo y me sente. Comi algunas de las pasas uvas mas ricas que he probado, junto a unas nueces y mi cuerpo se estabilizo. Continúe hasta llegar a la cima y contemplar la enormidad. Luego baje y cuando estaba llegando a la ladera, me di cuenta que habia olvidado mi buzo, subir nuevamente, esta vez con ahínco ya que el viento era represivo. Dandolo por perdido al llegar lo vi bajo una roca donde lo habia dejado. La cima era doble, la satisfaccion tambien, al igual que el cansancio. Por suerte al bajar a la ruta un paisano y su familia me alcanzo hasta el pueblo. Me despedi de este inolvidable lugar sabiendo que regresaria. Me detuve en la ruta de la nada y me quede observando como un padre y sus dos hijos ponian una hilera de postes con su alambrado. En eso una camioneta paro ante mi pulgar en alto y me llevaron del tiron los 200 km hasta la 40 donde un obispo nos alcanzo junto a dos maestras hasta el pueblo de San Jose, donde me quede a ver el partido de Argentina y Chile. Cuando caminaba buscando un bar me cruce, mejor dicho, me cruzo Duilio. Profesor de informatica del pueblo que vivia en San Miguel de Tucumán, a casi 200 kilometros de donde estábamos. Me dijo que el siempre levantaba mochileros para que lo entretubieran en su vuelta a la ciudad. Me meti en un bar y lo espere a que saliera de la escuela. Comimos una suprema y nos fuimos camino a San Miguel de Tucuman, pero antes pasamos por un pueblo llamado Santa Maria, todavia Catamarca, al limite con el jardin de la republica. Alli Duilio me abrio las puertas de la casa de sus padres y en un momento me encontré tomando cafe con la familia a las doce de la noche. Hermoso, hermosos ellos. Al ultimo sorbo mi anfitrión apuro la salida y seguimos camino, despedidos por los padres del fenomeno desde la puerta, temiendo por su hijo cada vez que tenia que volver a su casa. Duilio me dejo en Tafi del Valle, en un lugar donde se podia acampar, al lado de la ruta. Alli conoci nuevamente la humedad. Despues de meses y meses de sequedad y aridez volvi a experimentar lo terrible de la humedad, Tafi Del Valle es un lugar con unos cerros muy hermosos y muy verdes, ahi donde invade la bendita humedad. Al otro dia me levante y me fui a buscar un camping. 

Llegue sin saberlo al inicio de la ruta mochilera por antonomasia y al de los Valles Calchaquies. De paso: Juan Calchaqui, fue el ultimo nativo de la region en rebelarse contra los españoles, obviamente fue descuartizado, cual Tupac Amaru. Paréntesis falto de cronología pero con relación semántica: es impresionante todo lo que ha hecho la Tupac Amaru de la mano de Milagros Sala en Jujuy, mas allá de su personalísimo, en una provincia con un profundo machismo, dónde quien mas lo porta es la propia mujer. Retomo. Lo que la gente en general hace es irse en tren hasta San Miguel de Tucumán y comenzar a subir, yo lo desconocia pero automaticamente que llegue al camping lo entendi. Apenas entré tres chicas me ofrecieron una pizza, y al terminarla subimos a un mirador que como todo mirador en este preciado pais tiene una cruz. Pense en sacarla pero luego temi alguna suerte de desgracia agrabada, ademas de algun intento de golpiza o represalia por algun posible testigo de mi acto de justicia laica. Al dia siguiente fuimos al dique pero no llegamos hasta el agua porque nos mandamos por un camino equivocado y llegamos a unos pantanos que aparecieron antes. De alli con las muchachas nos fuimos a un pueblo aborigen llamado Amaincha, pegado a las ruinas de los Quilmes. Pasamos una noche en un camping junto a mas gente, asi cuando de repente se aglutinan muchos seres humanos y nos da por comprar unos vinos y prender un fuego pa calentar y tirar algo a la parrilla, choris en este caso.

Al otro dia me fui a las ruinas de los Quilmes donde nos explicaba el guia las dos cosmovisiones de los antropólogos. Algunos hablan de una comunidad verticalista y otros horizontal, con todos los derivados que esto produce. Comprendi que lo de la grieta existe hace muchos años. En fin, la historia de este pueblo no dista mucho de la del resto de comunidades del noroeste argentino. Dejabamos atras Tucuman y nos adentrabamos en la inconmensurable Salta, la linda. El primer destino fue Cafayate. Pueblo de tradición vitivinicola, con la bodega más antigua del pais, Colomé, y un torrontes que es una exquisitez. Me paso algo extraño con este lugar. Me parecio muy hermoso, a punto de ser muy desabrido. El turismo es el brazo desencantador del capitalismo. El sistema esta preparado para que se tengan escasos dias de vacaciones al año y que por dicho adjetivo se justifique la idea de que cuando me tomo vacaciones quiero que el lugar a donde vaya me provea de todo y sin hacer ningun tipo de esfuerzo, básicamente que el lugar al que vaya a gastar mi plata me de lo que quiero, y se adapte a mis necesidades. Asi lugares magicos se vuelven vulgares, llenos de lo mismo y sin personalidad. Cafayate, a mi entender, se encuentra a metros de esta distinción: lugar hermoso, lleno de lo mismo.

Nos fuimos a unas cascadas que hay detras de la montaña, son siete, entre riscos y rocas coloradas con trampolines naturales y cuevas que se atraviesan por el agua. Nos guio un Diaguita y luego nos invito a su casa a comer mazamorra acompañada de un nectar de algarroba exquisito. Cuando terminabamos de comer este muchacho que se hacia llamar Chaman comenzo a adentrarnos en su cultura ancestral, lo que fue muy enriquecedor y estimulante, pero en un monento comenzo a criticar severamente a nuestra forma de vida occidental. Fue algo muy bueno lo que paso porque, si bien lo que contaba de su manera de vivir vinculada a la naturaleza era algo muy tentador y añorado, por otro lado me hizo defender en terminos objetivos la construccion que desde la ciudad hacemos por los lazos humanos. Yo no soy aborigen, y mi contacto con la naturaleza es el de aquel que quiere conocerla, respetarla y amarla, sin aquella sabiduria herededa desde siglos, pero hay algo que excede esto, y es el respeto por el otro. El respeto es algo que no distingue raza y alli este muchacho la pifio. Muchos de los que estaban presentes estaban ávidos de escuchar lo que aquel tenia para decir, pero en verdad la necesidad pudo con el ego del aborigen y lo distancio de lo escencial, la tolerancia en la convivencia de culturas. Esto no pretende ser un comentario pedagógico pero fue algo muy claro a la hora de valorar lo que nos hace mejores, mas en un momento en donde despotricamos contra la metrópolis y vanagloriamos los interiores. Asi con un trago amargo, quizas producto de los continuos arrebatos del capitalino hacia el nativo, me fui del pueblo. Pero antes fuimos a la Garganta del Diablo y al Anfiteatro, este ultimo producto de la erosión del viento, el cual nos imanto. Quedamos todos suspendidos en una suerte de éter musical acústico que nos enmudeció hasta dejarnos rectos sobre el suelo del recinto natural.

Al otro día dedo en la ruta 40 con destino Cachi. El problema de Salta, o estrategia adrede, es que para ir a todos sus destinos uno tiene que pasar por la capital, salvo que sea un osado y quiera librarse a la buena de dios decidiendo seguir por la mítica y destruida (a esa altura) 40; obviamente fue lo que decidi. De Cafayate nos dejaron en un pueblo muy hermoso llamado San Carlos, pero esto estaba a solo 20 km de nuestra partida y restaban unos 100, por lo bajo. Ahi nomas hicimos dedo casi un dia. No pasaba nadie y los que pasaban no nos levantaban. Eramos tres: Camila, el Laucha y yo, hasta que arrodillandonos en la ruta antes dos muchachos alemanes que claramente habian alquilado un auto logramos nuestro objetivo. Asi de dificil esta ruta, asi de hermosa. Cuando uno la toma a esta altura puede conocer la increible Quebrada de Las Flechas. Una formación rocosa, en su mayoria de color beige, con puntas que van desde el suelo hasta los 500 mts de altura, y claro, de alli su nombre. Todo esto rodeado de montañas interminables de todos los colores. A nuestro paso, viñedos de romance, y secadios de ajíes rojos que producen manchas de dicho color de la intensidad del infierno sobre las montañas. 

Llegamos a Cachi, nos despedimos de los amables germanos y nos fuimos al hermoso camping del pueblo. Recorrimos el pintoresco pueblo y al dia siguiente me fui a hacer un sendero por los cerros desde donde se veia gran parte de ese hermoso valle, tuve el privilegio de ver un cóndor andino desplegando sus enormes alas extasiando mis ojos a escasos quince metros de distancia. Por la noche nos fuimos a ver las estrellas al cementerio que era la parte mas alejada y con menos contaminacion lumínica de la comarca. Se produjo algo verdaderamente impensado. Sobre la base que traspasaba el hotel funerario vimos, Camila y yo, una luz relampaguear sobre el polvo. Ya nos habian dicho que por alli se avistaban Ovnis y demás, y aunque la verdad no lo creiamos, no solo eso vimos. En el cerro de enfrente aparecieron dos luces cuales motos zigzagueando de manera inexplicable sobre la mitad del hecho geografico, con un recorrido imposible de idas y vueltas que ninguna moto, ni el mejor de los Tino Rossi lo hubiera podido hacer. Una locura. Ya para rematar, al volver un punto de luz que asomaba sobre la montaña se disparo hacia los costados generando una recta blanca cual tv de tubo apagandose luego de horas y horas de transmitir. Fue suficiente.

Al otro dia parti solo hacia la otra travesia imposible que era ir de Cachi a San Antonio de los Cobres por la esquiva 40. A la hora de hacer dedo me levantaron dos francesas, madrina e ahijada, que estaban recorriendo el norte. Por cierto, el norte esta plagado de franceses. Me dejaron en el cruce de la 40 y la ruta que va a la capital, donde se encuentra la Cuesta del Obispo, que dicen es imperdible; uno de los tantos pendientes que me quedan. Pero es que lo que iba a venir era algo magico. Me baje en el cruce e instantaneamente estaba subido a la comioneta de un paisano que me dejaba sobre la ruta, pasado un pueblo llamado Bella Vista. De ahi comence a caminar y me cruce con un marciano que venia caminando en direccion contraria que me dijo que pronto pasaba un autobus. Asi que, paso y me lo tome. El plueblo al que llega se llama La Poma y esta en medio de uno de los valles mas hermosos que puedan existir. Me baje en el pueblo y me dispuse a hacer dedo. Literalmente no paso un auto en todo el tiempo que estuve que fue aproximadamente de seis horas. Cuando de repente paso un camión en el sentido contrario con la inscripcion de una empresa constructora, copiloteado por uno que tenia su brazo fuera dejando ver su buena cara de norteño y al cual le pregunte si al otro día volvían para el mismo destino del que venían, gritándome por la ventanilla me dijo que los esperara a las seis y cuarto de la mañana en la plaza del pueblo. Se habia hecho la luz. Baje al pueblo y en el camino me cruce a uno en un tractor que me llevo por el campo hasta el inicio de las calles. El pueblo no tenia mucho, no camping, pero si polideportivo, así que me metí y espere mientras los gurices jugaban al futbol. Todas mi intenciones y expectativas estaban puestas en dormir en aquel enorme gimnasio. El deporte duro hasta las once de la noche cuando un joven se acerco y me dijo muy gentilmente: usted ya se va, verdad...? No se como habra sido mi cara pero le dije que pretendia dormir en aquel lugar. Asi que juntos fuimos hasta la casa de la madre, que trabajaba en la municipalidad, para hacerle conocer mi petición. Esta muy gentil mujer acepto sin regañar mi necesidad de techo. Dormi escasas cinco horas y me desperte para acompañar a esta gente por la altura. Salimos de noche, me recogieron en la plaza y el frío pelaba. Comenzamos a andan por la geografia y de a poco comenzo a salir el sol. Siempre lo recordare como uno de los momentos mas fabulosos (en un sentido literal) que me ha tocado vivir. La ruta atravesaba un valle que era de la siguiente forma. Las montañas enormes nevadas envolvian un cordon rojo con quebradas llenas de vegetacion y vertientes por donde quiera que uno pasara, llamas y alpacas por donde se mirase, cantos rodados enormes mojados por el agua que caia y la escarcha que se iba derritiendo a medida que la luz comenzaba a golpearnos sobre una ruta intensamente sinuosa junto a cinco empleados de la empresa que debian reconstruir las contenciones del camino. Inicialmente me llevaron hasta un campamento en el medio de la ruta con una temperatura bajo cero en otoño, donde tomamos un cafe y comimos pan con una especie de ricotta. Ya era la segunda vez que empleados de empresas me rescataban de la nada y me hacian viajar a lo desconocido, yo parecia un turista rescatado de alguna zona de conflicto rodeado de gente uniformada con mamelucos naranjas que me abrian las puertas de su intenso y sacrificado dia a dia para dejarme en un lugar que solo a mi se me ocurria transitar. Ese lugar fue el Abra del Acay, el lugar mas alto de la Argentina al que se puede acceder por ruta en la virginal altura de los 4995 mtrs. El conductor me dejo alli. Mi destino era San Antonio de los Cobres que quedaba sobre la ruta 52, pero el empalme con la 40 a donde pretendía realizar el dedo era a 32 km, distancia que debía caminar con mis piernitas. Siendo las 9.30 de la mañana debia atravesar esa distancia sabiendo que nadie iba a pasar por esa ruta de lo desconocido. En el camino de Santiago habia llegado a caminar 38 km pero no habian sido a 5000 mts de altura y sin seres humanos a la redonda. Dude en quedarme con los muchachos y volver para La Poma cuando terminaran su jornada, pero luego de pedirle coca a uno de ellos me dije yo existo, yo puedo; y me largue. Luego de 20 km estaba verdaderamente cansado, con 14 kg en la espalda la cosa se vuelve bastante incomoda, ademas toda la hermosura que existía del otro lado del Abra de este se habia esfumado como por arte del clima. En eso que me tiro a estirar los músculos cuando escucho el ruido de un motor, era una camioneta conducida por un vaqueano que llevaba a una pareja de madrileños que quedaban de luna de miel y boquiabiertos al verme en aquel sitio. No solo me llevaron hasta el cruce, sino que me dejaron en la gris San Antonio de los Cobres. Dos amigos me habian recomendado este lugar, y aunque no valio la pena conocerlo, si su camino. Estuve dos horas, me comi un sandwich de milanesa y me fui a Salta junto a una madre y sus dos hijas en el camión de Eber. Ellos ya se conocian, la mujer siempre viajaba a dedo, sobre todo desde este ultimo año que se habia quedado sin trabajao. El camino que une estos dos puntos es otra maravilla de la naturaleza. Todos los colores se dan cita en lo que se conoce como la Quebrada del Toro, aun mas hermoseado por los puentes de fierro del antiguo ferrocarril.

Llegamos a la ya conocida Salta. Estuve un dia y me fui hacia San Salvador de Jujuy. En este viaje tengo la clara intensión de estar el menor tiempo posible en la ciudades, aunque esta ciudad me cautivo. Su frecuencia, su gente, su atmósfera, su arquitectura, os la recomiendo. Ademas encontre un libro que me costo conseguir hasta en Buenos Aires. Aun con todos estos condimentos me fui rapido. Me fui para la famosa yunga, mas precisamente a las lagunas de Yala. Comence su ascenso y de repente vi una camioneta subir muy despacio, a la que le hice dedo y me subieron. Era la pareja que habia dormido en mi misma habitacion de hostel, que nunca habíamos llegado a conocernos, pero que me reconocieron por la mochila. Las causalidades de la vida. Caro y Esteban, dos hermosos de Lincoln, provincia de Buenos Aires, que habian hecho de su Peugeot Partner una suerte de motorhome con modulos de madera. Llegamos a las lagunas. El lugar es literalemente la selva. Se escuchan animales de lo mas raros. Y la humedad era tal que las nubes estaban sobre nuestra cabeza. Le pusimos todo el amor esperando que el cielo se abriera, estuvimos una noche, nos ibamos a quedar otra pero estaba todo empapado asi que bajamos a la ruta y nos fuimos a un camping. Hicimos un pollito a la parrilla y al otro día nos despedimos. Tocaba la quebrada de Humahuaca, lugar imponente. El primer destino es Purmamarca. Pueblito hermoso, idem Cafayate. Poca personalidad, muy turistico y caro. Me habian hecho dedo cuatro europeos: dos suizas, un frances y una alemana. Entramos al pueblo dimos una vuelta y seguimos. Yo me baje en Tilcara y ellos siguieron. Este lugar es otra cosa, si bien es turistico, conserva mucho mas evidente su identidad. Ocurre algo en el norte, mas especificamente en Jujuy, que cabe aclarar. La gente que viene con la idea de la buena onda en general se choca con una montaña, el ambiente se reviste de una cierta parquedad. El norteño es seco, pero muy sincero. Si hay encuentro, hay encuentro de verdad. Sin intereses. Esto mismo dicen de Bolivia en mucho mayor grado, la idea me seduce, me interesan esos vinculos. En Tilcara fui al Pucara, que en quechua significa Fortaleza, cosa que se descree ya que en general las fortalezas tienen murallones de defensa y allí brillan por su ausencia. Pero lo mas interesante es que me quede para la semana santa. Bandas y bandas de Sikuris peregrinan hacia el cerro Punta Corral el día lunes en gesto de devoción, y el miercoles regresan trayendo la imgen de la virgen Maria que se recibe en la iglesia. Es una fiesta muy grande y la peregrinación es muy larga y dura, se suben aproximadamente catorce horas. Fue un espectculo muy interesante de ver, la ciudad entera se viste de fiesta. De alli me fui a Humahuaca. Pueblo mas lindo aun que Tilcara y con gran escencia, muy hermoso y tranquilo. Cerca de alli hay un sitio que es algo muy impresionante, casi comparable al glaciar Perito Moreno, el famoso Hornocal. Se llega solo en camioneta, pero el pasaje es muy caro asi que hice dedo y descubri que habia muchos autos que también lo hacían, uno de ellos me paro. La pareja era Anabelle y Andoni, dos franceses muy simpaticos que me llevaron y me trajeron. El impacto con el cerro te silencia instantáneamente, o por lo menos eso me ocurrio a mi. Nos quedamos un rato observandolo y luego nos fuimos. Segui camino, próximo destino: Iruya. Capitulo aparte. Comunidad aborigen en los helados 3700 mts, parece hormigonada con montañas a los costados. Todo es cuesta y todo es bajada. Montañas moradas, azules cobre, en punta, casi precipicios, un puente que cruza el rio y una cancha de futbol ahi donde no anidan las arañas. Llegue el domingo santo asi que en la canchita se habian preparado una serie de eventos como carrera de mujeres, muy gracioso como corren las mujeres, sortijas a caballo (muy rico plato), humitas y tamales para la celebracion religiosa, obviamente con el infaltable relator del interior que todo lo comenta. El lunes me levante y me fui para San Isidro, otro pueblo de montaña mas alto aun, con menos gente y mas hermoso. Para llegar a él hay que seguir el curso de un rio al que hay que vaivenear de un lado a otro; me moje todo. Alli conoci a Mauro un chaval que laburaba en el microcentro y antes de tomarle fobia a la gente decidio irse a vivir con las montañas y las cabrás. Volvi disfrutando un paisaje inconmensurable, con pencas que me recordaban a Galicia. 

Al dia siguiente me fui para La Quiaca, el bondy me dejo en la ruta 9 e hice dedo. Primero me pararon dos albañiles que se estaban haciendo una casa en un pueblo llamado Abra Pampa, dos tipos de pueblo que no pararon de despotricar contra Macri y sus secuases, no hubo necesidad de echar leña al fuego. Me dejaron ahi mismo y al toque me paro Juan, un humahuaqueño que habia laburado en una agencia de motos en Saavedra y con quien conocíamos gente en comun. Un loco hermoso que se despidió ahugurandome Paz y Coraje, lo abrace desde el asiento y me encomendó conseguir el contacto de Poli, un ex compañero de trabajo. Llegar a La Quiaca fue una emocion, creo que junto a Usuahia (salvando las distancias de belleza aparente) son dos lugres de significancia para los argentinos, y aunque sea una pavada algo paso. Llegue al correo para buscar a La Negrita, nueva compañera de viaje con quien probaremos a querer a la gente, enviada por el gran Gozalo (Si lees esto querido, siempre te estare agradecido), y recibida por la inigualable Vicky en Barcelona, y no es una pelicula, sino una mini guitarra. Deje las cosas en la oficina de turismo y me cruce a Bolivia. Me compre el pasaje de tren para mañana ir a Tupiza, camino Uyuni, y me proveí de sueter, medias y gorros de alpaca y otras. Volvi a Argentina y me vine para Yavi, otro pueblito aborigen, emplazado en la puna a gran altura, con una de las iglesias mas antiguas y particulares del pais, con enchapados de oro y techo de paja. Ahora vuelvo de Yavi Chico a unos 4 km, donde Bibiana, las dos veces com b, y sus alumnos me mostraron todo lo que cultivaron en su escuela agroeducativa. Les escribo desde dentro de la carpa, de lado a la hornalla casera de alambre y al calentador de lata de cerveza que me hice, preparándome una sopa dentro para evitar que la nieve y el viento que cae no me complique la cocina y menos la ingesta.

Espero esten muy bien. Ya van cuatro meses y medio que he dejado Buenos Aires, y los extraño y aunque la soledad sea mi amiga por estos ratos hay veces que no nos llevamos bien, ahi cuando ustedes aparecen para recordarme el amor.

Los abrazo infinito y les deseo lo mejor.


PD: Solo a traves de La libertad podemos ver que somos parte de algo mucho mas grandes.


PD2: El vino es absolutamente inverso a la cerveza, lo mejor es el culo.


PD3: Aguante la Frugalidad!

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