Lejos

Me enfrento otra vez al mismo blanco,
me enfrento y lejos de otra vez ha quedado igual.
Llegan pocos pájaros con palabras a este páramo.
No se ni cuantas vueltas di y mi corazón no me escucha,
de tanto que me siento a su lado, parece apagado,
hace tiempo no le digo la verdad, no tuve muchas para decirle.
Por ahí me ataca la sonrisa y le digo cosas que me gustan,
aunque se va de repente, y mientras se calla,
pierde en lo de la tarde, y después en lo de la noche.
Pero hubo uno que le llamo descarriado, entonces si escuchó.
Creí que era eso lo que sería pero no me animé al abrazo.
Tanto tiempo sentado...
Ahora me visita muchas veces, me despierta,
busca la playa que me inspire un poco, o a la fuerza.
En la arena reconoce a quien no lo conoce y espera,
amista con caracoles que se aferran a la roca con la fuerza del océano.
Pero el agua tapa el silencio de las cosas sin tiempo,
sin red como el caracol que la ola dejó sin roca ni aliento,
se adentra en el desierto, y es por lejos pasajero,
de caminos sin camino, as de sombra, y compañero.