lunes, 18 de julio de 2011

Hojas pasar


Después de la guerra veo las hojas pasar,
tienen muchos colores, aunque parecen de uno solo,
pero me detengo sin fuerzas a conocer sus errores.
La gente las descuida y yo las invito a mi alrededor,
las baldosas saben a arena de hoy, mañana y mucho mas,
el aire se camufla de viento y se ríe en mi oído.
Cuándo llegará el día en que todo me sea desconocido,
dónde estará la calma de tanto descuido.
Las ventanas tienen señas de aquello que era frío,
pero estoy en el mismo lado donde a reír he aprendido,
ayer era otro el tiempo y las risas eran casi mías.
Las ganas me superan, las ideas se desentienden,
creí haber aprendido a lo que hoy vuelvo sin sentido.
Por qué será que me acuerdo con tanto olvido,
por qué cuando lo tengo todo llega lo perdido.
Alguien me conoce en ese rió lleno de peces.
Deseo las ganas me puedan ayudar con su practica,
cuando ya no hay tanto que compartir me decido,
giro en el parque a ver lo tuyo que no es nuestro,
me voy en silencio sin saber lo que viene,
y te quedas esperando a que llegue lo que esperas.
Seguro lo que tengo y vació lo que se fue,
otra vez como antes siento esto que ya esta vivido.
Y es que no aprendo de lo que se dice,
no se qué hacer con esta comodidad,
si por lo menos me desesperara, pero prefiero no pensar.
Hasta eso no he aprendido habiendo creído saberlo,
siempre confundiendo, el lugar, la gente y el perímetro.
Mañana será otro día, hoy es el mismo de siempre,
pasado tal vez entienda lo que mi cuerpo ya no quiera.
Es pronto todavía, la vida se acerca a decírmelo,
tal vez sea mi cuerpo con un único compromiso,
el que tiene para mi, con el que luchar no puedo,
aquel lleno de vida que esta marcado a fuego.

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