Mientras les escribía las ultimas lineas, viajaba hacia el encuentro de Marcelo. Marcelo fue compañero de trabajo en San Fernando, daba clase de musica a los niños del barrio en la casa hogar Nuestro Lugar y yo de payaso. Habia sido una experiencia muy movilizadora, pero nuestra funcion acabo al tiempo que nuestro contacto. Cuando empece a "organizar" el viaje lo recorde automáticamente, pensar a quienes podia pasar a visitar en mi recorrido fue algo muy estimulante, uno era él. Marcelo vive literalmente en el campo. Viviendas con terrenos de miles de metros de extensión, con gallinas, vacas y siembra. Me reencontré con ellos luego de que un viajero del autobus me prestara su telefono para saber como llegar a mi nuevo destino. Estaba tomando el camino errado, y las nuevas indicaciones llegaban cuando estaba apunto de bajarme del transporte, en segundos rectifique y permaneci en él para llegar a la proxima estación llamada Los Angeles, de ahi otro colectivo hacia Santa Barbara, tomar otro para Rucalhue hasta el cruce Los Castaños, y de ahi hacia Quilapalos, caminar siete kilómetros, hasta llegar a una casa de dos pisos color rojo. Indicaciones textuales de mi nuevo anfitrión.
Al llegar al cruce de Los Castañas conoci a Casandra. Ella bajo en el mismo lugar que yo, e iba hacia el mismo lugar que yo. El camino era hermoso, lleno de arboles y a lo lejos el sol. Camino de ripio y olor a seco. Casandra trabajaba en la alcaldía (municipalidad), y se sorprendió al verme viajar solo. Llevaba apenas dieciocho años. En eso nos intercepto un auto bordo familiar. Era su padre que venia a recogerla. Recuerdo mi cara de sufrimiento cuando le pedi si me podian alcanzar hasta la casa roja de dos pisos. Por supuesto que lo hicieron, ademas, la conocian. Su padre un hombre de unos cincuenta años muy curtido por el sol, el frio y el campo, me hablaba mientras manejaba un auto al que apenas conocía, adquirido a la fuerza, por las distancias, y sobretodo y sin habermelo dicho, para buscar a su hija cada dia al salir de su trabajo. Se pasaron de su morada y me llevaron hasta lo de Marcelo.
Al llegar me dejaron a golpe de bocinas insistentes y me meti en el campo.
Hacia mucho no veia a mi ex compañero de trabajo. Mari su mujer permanecia en la cocina mientras nos reencontrabamos. Al verla la recorde, una mujer risueña y espontanea, que no oculta ni sus virtudes ni sus limitaciones. Hablamos pisando los temas por el tiempo de ausencia, y yo miraba feliz su mundo de pura tierra y niños jugando sin miedo. Eran dos. Maria Helena, que ya conocia de oidas, y Lautaro, el primer hijo de la pareja. Comimos guiso que habian hecho Nora y el Compai, amigos que los visitaban por sus vacaciones. Esa misma noche nos fuimos todos a acampar.
Estabamos en la region del alto Bio Bio. El rio Bio Bio cruza toda la anchura del pais, va desde la cordillera hasta el Pacifico. Es un rio con historia. Antiguamente en la época de la colonizacion, los españoles habian "negociado" con los originarios Mapuches, relegarlos desde este limite geografico hasta el mas bravo sur, mientras que los europeos ocuparian desde el rio hasta el norte. Obviamente donde se encontraban la mayor contidad de riquezas, en ese momento: minas de extraccion. Pero nosotros nos encontrabamos en la region del Alto Bio Bio, ya que estabamos cerca de la cordillera. Debo confesar que de no existir Marcelo en el viaje, jamas se me hubiera ocurrido pasar por alli, asi que no solo le doy gracias a mi amigo por sus ratos sino por el hermoso lugar que me hizo conocer. La topografia es rocosa, pero muy verde y rica en vegetacion. Con quebradas, afluentes, cañones llenos de agua y las montañas detras. El lugar es simplemente sobrecogedor, ademas porque ostenta una paz penetrante. Alli acampamos, paseamos, hicimos pizzas a la parrilla, risottos y reimos, pero tocaba volver. Nora y el Compai debian regresar a Buenos Aires y yo seguir mi viaje hacia la cordillera, en zona Mapuche. Al otro dia Marcelo me dejo en Santa Barbara e hice dedo hasta Ralco, la capital de la region. La visite y de alli dedo hacia la casa de los nativos.
Conoci a Carlos. Un paisano que me llevo hasta las termas, bordeando todo el hermoso y caudaloso rio divisorio. Carlos era uno de esos viejos de campo que tienen algo enternecedor, que confirman a cada m'ijo que sale de su boca. Este entrañable paisano me contó, pero sobretodo, me explico el flagelo de los incendios, (para él sin duda intencionados) que se venian produciendo en Chile desde principio de año. Chile es un pais altamente polarizado, donde la brecha de ricos y pobres es abismal, donde la educación universitaria se paga, y mucho, que goza de un bienestar aparente a cambio de un sistema de súper control civil-económico, con fuerte opresion social, ademas de una profunda desindustrializacion luego de la muerte del gran Allende. A priori pareceria que las teorias de shock impuestas por los Chicago Boys (ampliamente conocidos en el pais) hubieran dado resultados positivos. La realidad es que tienen convenios de libre importación en donde uno, extranjero, puede comprar a muy bajo costo cosas de aparente calidad (el nuevo Miami para nosotros los porteños) pero en donde la industria nacional es nula, y los dueños del pais son diez familias que vienen desde tiempos inmemorables y que afianzaron su poder con el gobierno de Augusto. Lo increible de la situacion es que gran parte de la poblacion lo sabe de manera consciente y no hace nada. El pueblo chileno esta altamente neutralizado por el poder, dicho por la propia gente. Es asi el caso de los incendios. Cuando la dictadura militar se firmaron inmunerables decretos. Uno de ellos fue el de forestación, por el cual, ante la quema accidental de bosques el gobierno expedirá subsidios a aquellos productores forestales que sufran esta "contingencia". Ocurre que los grandes productores son dos familias, que no solo reciben el subsidio del estado, sino que tambien el resarcimiento economico del seguro que contratan al plantar. Pero según Carlos no termina alli la cosa, sino que ademas compran a precio de baratija los campos aledaños afectados que no logran recuperar con el subsidio recibido, y como si fuera poco logran vender la madera, que por mas incendiada que se encuentre lo unico que llega a arder es su corteza.
En fin. Cosas que uno se entera cuando escucha a la gente del lugar hablar del cansancio que producen los arrebatos y la desigualdad.
Luego de toda esta explicación, bastante indignante por cierto, pero que es parte importante del viajar, Carlos que trabajaba recolectando basura en el camino de los turistas ya que su jubilacion privada (AFJPS) no le alcanzaba para vivir me dejo en la puerta de las termas que explotaban los aborigenes.
Las termas no fueron gran cosas. La idea de meterse en agua caliente con mas gente me produce cierta desconfianza, y hasta un poco de impresion, por no se más descritivo.
Pero lo que vino despues fue algo increible. Al salir de ellas, cargue mi botella de agua helada, que salia como chorro salvaje desde dentro de la montaña, un agua con un sabor inexplicable y una pureza evidente, y continue camino. La cuestión es que se estaba haciendo de noche, y decidi bajar por la ruta hacia el rio en una quebrada boscosa que encontré sobre la ruta, que desemboco en la nada misma. Nadie a quilómetros a la redonda. Frente a un rio poderoso el sol se escondia y el fuego prendia. Comer, observar la quietud de la noche y escuchar a los nocturnos murciélagos.
Dormi como un niño rodeado del ruido de la naturaleza. Al otro dia hacia Santiago.
La anfitriona esta vez iba a ser Geraldine, una amiga de Berni, amiga de Carla. Llegue a la estacion Santa Lucia y estas mujeres que no me conocían me esperaban entre charlas con los trans de la cuadra. Berni y su novia Maria Jose me extendian los brazos de la ciudad que me recibia con la luz de las farolas y el calor de la noche. Subimos a la casa de Geraldine y tocanos su timbre. Nos atendio y abrio las puertas de su hogar segundeada por Bigotes, un perro de la calle que pasaba la noche en la casa y por la mañana cuando su madre se iba a trabajar volvia a la calle, para entrado el atardecer esperarla en el portal del edificio.
Geraldine me acogio de maravillas. Charlamos interminable todas las noches, cocine y nos reimos, conoci a sus amigas y disfrute de la hermosa casa que tenia. Siempre estare agradecido.
Por fuera de estas encantadoras mujeres, mi estadia en Santiago fue similar a la de cualquier porteño que va a proveerse de cosas, en mi caso fundamentales para el viaje. Cuando uno viaja de la manera que lo estoy haciendo, es fundamental estar bien equipado, con lo justo: no se puede llevar de más, el peso es la verdadera economia del viajero.
Pero tuve tiempo para recorrer un poco la ciudad.
Su microcentro me hizo acordar un poco a ciertas partes de Nueva York. Edificios muy modernos con veredas muy amplias definen una arquitectura muy similar a la del vecino del norte, incluso las casas de construcción en seco. Sin duda lo mas hermoso de la capital fue el barrio de Yuncay. Un barrio obrero devenido en residencial, donde se encuentra la Peluquería Francesa, la segunda mas antigua del mundo, restaurada como supo lucir en sus años de inicio. Recorri sus calles y asi al pasar por un taller mis oidos escucharon las notas de un tango que detuvo mis pasos. Me quede un tanto absorto escuchando desde la ventana abierta y mirando como una joven pintaba un cuadro con extremo detallismo, y que luego de unos largos minutos y un par de canciones, levanto la mirada para vernos. Hola a lo lejos y se acercó a la ventana. Me conto lo que hacia y tambien la historia del barrio. Con la muerte de Allende ese barrio obrero habia iniciado la de su proposito, convirtiéndose en un lugar opaco y que muchos años después, y muy de a poco, artistas, gastronomicos y bohemios habian comenzado a dar vida nuevamente.
Toda esta explicacion y la hermosa voz de Mariana, adormecían mi cuerpo sobre la guia de la persiana engrasada del taller, mi remera quedaba con la inpresion de una suerte de defecacion de gaviota dificil de extirpar y que ni los vanos esfuerzos de mis manos y el detergente del taller que habria sus puertas a mi infortunio pudieron remediar. Casi igual de manchado que de mojado segui camino por esas hermosas calles llenas de murales de artistas de todo Chile, en su gran mayoria muy interesantes para mis ojos que en mas de una ocasion detenían mi andar.
Se acababa Santiago y se iniciaba la vuelta a Argentina por el paso de los Libertadores y la famosa ruta siete.
Esto fue una verdadera demora. Tardamos seis horas en la aduana por la cantidad de gente que tenia las mismas necesidades que yo de pasar, pero sobre todo porque una mujer que llevaba cinco valijas cargadas de de todo, no queria pagar un solo centavo por las mismas, las mismas que terminarían quedando en la aduana para permitirnos avanzar. Al otro día permanecía estupefacto al recibir la noticia de la muerte de diecinueve personas que al pasar una hora despues que yo colisionaban por una fatal negligencia del conductor. Con tan solo una hora de diferencia mi vida seguia intacta y la de un grupo de seres humanos desconocidos desaparecia.
Antes de entrar en Argentina, es menester pronunciarme en pos de la hospitalidad, cordialidad y cariño de los chilenos. Mi experiencia ha sido verdaderamente amena en un país catalogado de la peor manera por mucha gente, y los rencores históricos poco tienen que ver con el pueblo, es mas, es mucho mas fácil hacer dedo en Chile que en nuestro país.
Ahora si. Llegue a Mendoza a las dos de la mañana, y me encontré con Giorgio en el hostel, habia viajado de Buenos Aires para pasar unas vacaciones juntos por la tierra del Aconcagua.
Al otro dia nos levantamos y nos fuimos al rio Mendoza.
Es energizante ver como la fuerza del rio lo arrastra todo. Ese dia debatimos si alquilar un auto; en verdad no estaba en mis planes pero un viaje con alguien tiene negociaciones, y un poco también queria vivirlas, por eso acepte sin pensarlo al ofrecimiento de mi querido amigo de pasar unos hermosos días juntos.
Así fue que al otro dia alquilamos un auto y nos fuimos por la ruta del vino, y la fruta! Pasamos por Lujan de Cuyo (Tierra del Malbec, como ellos le dicen), Tupungato, hasta San Rafael. Nos llamo la atención como todos estos pueblos viven en una austeridad total. Levantamos a una mujer que estaba haciendo dedo y que venia de cosechar el durazno. Nos contaba que el jornal de una persona que trabaja en la fruta es de $450 por dia, que trabaja unas ocho horas al rayo del sol, y en invierno las mujeres directamente no trabajan por las heladas. Nos enteramos que esas tierras tan codiciadas fueron compradas por europeos a muy bajo costo y que la mayor inversion venia de ellos, siendo que imponian las condiciones del trabajo a los del lugar. Sobre la ruta compramos un par de botellas de un exquisito vino casero, y llegamos a San Rafael.
Las ciudades/pueblos de Mendoza no tienen un gran atravtivo en verdad. Son planificaciones amplias sin singularidad aparente, con construcciones bastante aburridas. La gente es muy amable pero la gestión turística es muy mala. Las informaciones que recibimos en mucho casos eran erroneas y siempre proponían la figuara de un guia, de elevado costo, cuando no eran necesarios.
Al otro dia recorrimos el valle del Atuel, lugar increible plagado de puestos de tirolesa, rafting y etceteras que contaminan la hermosa vista. Esta situacion se corta cuando uno se aleja y se disfruta un lugar muy hermoso de cañones que abrazan un rio que intercambia zonas caudalosas y vacias segun el dique que se presente. Pese a lo que uno puede imaginar por su condición artificial es muy valorado en la zona de Cuyo la entidad del dique, ya que no es usual encontrar de manera natural acumulaciones de agua debido a la gran sequedad del lugar.
Al final del Atuel llegamos a un lugar magico, artificial tambien, pero de tal tamaño que los limites al agua impuestos por el hombre no se notaban, creando una suerte de lago interminable de escasos cuarenta centrimetros de altura conocido como Embalse El Nihuil. Alli tiramos la carpa, Giorgio se cocino unos tremendos fideos, nos tomamos un vino y nos recostamos sobre la playa a ver las estrellas, no sin antes haber presenciado un atardecer de ensueño estallando en rojos y violacios, azules y celestes.
Al otro dia nos fuimos hacia Malargue, al sur de la provincia, pero antes nos desviamos hacia Valle Hermoso. Este lugar forma parte del complejo de esqui conocido como Las Leñas, que un gobernador de la provincia vendio a un malayo por varios millones de dolares y nada cambio desde ese momento, literalmente las tierras fueran vendidas, unas cincuenta mil hectareas de una belleza importantisima no son mas parte de nuestro patrimonio. Pasamos por Los Molles, Las Leñas y por ultimo, luego de un viaje de ripio en el caracol de la montaña, llegamos al lugar mas soñado que se puede imaginar. Un valle de un tamaño considerable, del cual uno puede observar claramente sus limites, siendo abarcable su figura para el regosijo de una unica mirada. La inusual diversidad en los colores de las montañas, junto a un lago natural en el pie de su valle y la clara cincunferencia del hecho geográfico quebraron muestras mandibulas al unisono junto a un perplejo: no.
Alli pasamos dos dias, acampando en un lugar inospito, rodeado de todo lo que no tienen las ciudades. No fue facil irse pero el tiempo apremiaba y debiamos irnos. Asi que nos fuimos a Malargue, que a diferencia del los otros pueblos de Mendoza es un poco mas atractivo. En el hay dos centros de estudio espacial. Por un lado un planetario con actividades y vistas, y por el otro un obsevatorio llamado Pierre Auger, donde se estudian las condiciones y caracteristicas de las rayos cosmicos que caen sobre el planeta, del cual varios paises son parte.
Al otro dia nos fuimos para las termas Del Cajon, por la ruta del Valle Grande que contiene uno de los once pasos a Chile que hay. El camino es francamente hipnotizante, el problema fue que para poder llegar a las termas habia que pasar el control migratorio, AFIP y la mar en coche, que valga la redundancia era el que nos iba a impedir llegar, ya que debiamos devolverlo al otro día al mediodía en Mendoza y la frontera recién habría a las nueve de la mañana, y como si fuera poco estabamos en la otra punta de la provincia. Nunca nadie nos habia avisado de esta condición en la información turística, un ejemplo mas de lo mal que funciona. Finalmente pasamos el control y nos pegamos la vuelta. Ese día nos lo pasamos manejando, pero llegamos a Mendoza. Nos quedaba hacer el camino de la ruta siete, de Potrerillos, Uspallata y Villavicencio, hacia el otro lado de la ruta del vino. Llegamos al mirador del Aconcagua pero estaba lleno de nubes asi que no lo pudimos ver. Seguimos camino hacia el caracol de Villavicencio, con las nubes sobre nuestras manos y parabrisas. El lugar es increible, porque ademas uno cruza el filo de la montaña y llega a un lugar completamente distinto, con mucha mas humedad y vegetacion. El parque natural Villavicencio, tambien vendido, junto con la empresa de agua mas famosa del pais, por nuestro conocido Carlos Saul Mendez a la empresa francesa/suiza Danone, es un lugar muy singular con una agua mas que conocida en el mundo. Un reservorio inagotable y estrategico de agua potable de la mas alta mineralizacion de oro y plata. Llegamos al hotel Villavicencio, pero como te cobran hasta para respirar decidimos seguir camino por la hermosura del lugar. Ya no nos quedaba mucho en la provincia del vino. Por ultimo fuimos a las termas de Cacheuta, donde conocimos a Laura y a Santiago, una pareja que habia ido a ascender el Aconcagua y que habian terminado en Cerro El Plata porque no habia personal de montaña en el mas alto pico del continente. Las termas son una suerte de Mardel llenas de gente con aguas de temperaturas elevadas, la mas alta de cuarenta y cinco grados. Ese dia Giorgio se iba. El colectivo nos dejo en la terminal y alli nos despedimos, él se fue al hostel a buscar su maleta y yo segui camino para Uspallata. Laura, la nueva conocida, me regalo un libro llamado "Lo que me dejaron los treinta", un libro escrito por un treintañero conservador cristiano y emprendedor, afamado por los circulos oficiales de la buena onda, que sin tener hijos recomienda como criar criaturas, y que por si fuera poco propugna la idea de que uno es lo que sueña y no lo que es, que es necesario valorar la intencion y no los actos, pero que sin embargo habla de perdon, apropiando el concepto a la fuerza divina de la religion. Bue... Con esto no hablo de la persona que me lo obsequio, que parecia muy interesante y sensible, sino de la no recomendación del libro.
Pase dos noches en Uspallata, lugar con las condiciones geograficas y energeticas similares a las del Tibet, y que por eso el Dalai Lama visito apenas llegar al continente. En el colectivo conoci a Nicolas con quien comimos y hablamos de democracia, comunismo, precarizacion, austeridad y amor. Nos tomamos una cerveza, nos fumamos un cigarro y nos fuimos a dormir. Al despertar ya no estaba y la sensacion fue extraña: desarraigo, vacio. Tal vez aprendi a no hacerlo, o por lo menos, dejar alguna nota que retenga mi presencia hasta que la persona despierte. Por supuesto que eso no cambia mi imagen del santiagueño economista que dejaba en Santa Fe a su compañera para cruzar a Chile y conocer Valparaiso (lugar pendiente en mi visita a Chile).
Ese dia conoci el cerro de los siete colores a siete kilometros del pueblo, con un verde cobre impactante como principal atraccion. Al volver me levantaron tres franceses, que sin pedirselo se ofrecieron a llevarme. Uno de ellos una mujer hermosa, me imanto con su mirada. No pude evitar subirme y pensar en ella por unos minutos luego de que me dejaran en el centro del pueblo nuevamente. Camine y camine hasta que me detuve a tomar una cerveza con mani y fui feliz.
Entro la noche y luego el dia y luego la ruta. El dedo me hizo conocer a Natalia y Fabian, una pareja que estaban de vacaciones y que paraban su auto para bajar la ventanilla y preguntarme hacia donde iba. Mi destino era el Parque Nacional El Leoncito que se encuentra en la provincia de San Juan al límite con Mendoza y que esta a espaldas de hermosa Cordillera de siete picos que recibe el nombre de Ansilta (llevando el mismo nombre de la comunidad originaria que alli vivia) y el cerro Mercedario de 6770 mtrs de altura (el tercero del continente), y que en su interior alberga a los observatorios espaciales mas grandes del pais, el Dr. Cesco, que depende de la Universidad Nacional de Cuyo, y el CASLEO del CONICET y países adherentes. Sin mucho dubito se preguntó la pareja y me acompañaron para llevarme, o los lleve para acompañarlos. No conocian la existencia de este lugar asi que entre ripio y paisejes imposibles hablamos de masonería, historia y vida extraterrestre. El destino fue inmejorable. Un parque nacional en medio de un lugar con una contaminacion luminica casi cero, con trescientas noches al año despejadas y sin civilizaciones cerca. El valle del Barreal blanco alberga este maravilloso lugar. Junto a la pareja lo recorrimos, desde donde les escribo, y realizamos una vistia diurna al observatorio Cesco. Alli conocimos a Julio quien nos noticio del posible impacto del asteroide de quinientos metros llamado Apophis el 13 de Abril del 2029, es decir en doce años. Según él hay una parte de la comunidad astronómica que cree que el objeto celeste entrara a la atmosfera por Groenlandia y saldra por el Norte de Africa, pero la otra parte de dicha comunidad cree que impactará provocando graves problemas para el planeta, destruccion total para la zona afectada y muy probables consecuencias globales: sunamis, sismos y radiaciones incalculables. Cuando hablaba recordaba la frase de... Hagamos el amor que chocan los planetas, y me preguntaba cuanto ibamos a tardar en aprenderla sin que nos extinguieramos. Debo confesar que senti una reconocible euforia por pensarme parte de la extinción de la especie. Acto seguido Fabian, contaba que las grandes potencias tienen, para las personas mas poderosas, profundísimos bunkers, kilometros baja tierra, con todas las provisiones por si aquello ocurre, aunque por dentro pensaba que nadie escapa a la naturaleza, y sentia una profunda paz. Aqui estoy. En este lugar mágico. Ayer conocí a Maru y Jeremias, dos personas hermosas que me compartieron sus canciones y yo les compartí las mias, con quienes comimos una exquisita sopa para abrigarnos del frio mientras las miles de estrellas nos guiñaban sus ojos.
Pd: Sueño con hacer dedo y que aparezca el Pepe Mujica.
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