jueves, 6 de septiembre de 2012

500as para Messi

Miro tu juego y me digo: “Que pibe irreverente” aunque de pibe non c’é niente, solo la faccia; te sobra madurez tanto dentro como fuera de la cancha. Como si hubieras vivido muchas vidas pasadas… ¡Qué reencarnación!
Humilde, jamás fanfarrón, siempre trabajador.
Podes tener condiciones; no te sobran, pero el talento es otra cosa. El talento esta ligado a otro lugar, un lugar misterioso, que no se conoce, evocado en el espacio de lo querido, amado: tu fútbol. Y en ese mundo de misterio, donde muy pocos entran, apareces como genio que rodea y abarca todo lo que nadie aúna.
Para hacer a Messi, tendríamos que mezclar: la explosión de nadie, la previsibilidad incontrolable de cualquiera como él, el dominio de ninguno, la vertiginosidad de alguno, algo parecido, y obviamente, su alegría.
Tu pasión no se piensa, simplemente no podes dejar de joder con la pelota, esa que es tan igual para todos y única para vos. Solo tu ambición la hace idiota, a los demás les rebota y con vos explota.
Las comparaciones son odiosas, aunque no tanto; y si bien Diego, significa otra cosa por su gol mas grande de la historia luego de Malvinas, y la sedición desahogante de su manotazo a la historia; nunca tuvo tu regularidad, querido demonio de la humanidad.
Lo impracticable: tu juego, la revolución: tu mente; capaces de avasallar a los más fuertes y transformar la sencillez en delirio, pura fiebre.
Barbaridad divina observarte revolcado con tu amada en el verde cielo. También en tus jugadas orgiásticas, siéndote infiel, aquella misma, de frente, con esos ‘elegidos’ con los que buscas entenderte.
Es tan bonito verte… da cosa fogosa en el vientre. Sinceramente, nunca lo he vivido en mi vida corta e impaciente.
Pero fuera de la cancha sos tan grande, que… ¿pa’ que buscar entenderte? Vasta solo con mirarte y ver lo simple que se puede ser, aunque del deporte seas un demente; y mira que te sobraría para ser un coqueto como el portugués, este...
Que cosa loca lo de tu pie… Galeano tenía la teoría de que tenes la pelota dentro de él. Dentro ó afuera, es evidente que la información que corre por tus venas desde tu cabeza hasta sus yemas, nos permite dar cuenta, de que su conexión con la de cuero es algo extraño para nuestro cerebelo.
No es usual ver una relación sujeto-objeto con esas características: el objeto pasa a estar subjetivado por el sujeto, de una manera tal, que toma la forma de este, y éste la de… uf, ¿Dios?
Y cuanto punto suspensivo haces dejar…
Mas allá de este precario palabrerío que trata desesperadamente de acercarse a tu terreno de belleza, y que si no logra su objetivo extraordinario, espera arrimarse al ordinario, el hablar de la alegría tan expresa de tenerte en esta era, pedazo de genio con patas que vuelan, que nos rebelas el deleite entre carcajadas y sorpresas con la fantasía de que lo imposible, en tus pies, es cosa hecha.

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