Con épica voluntad desarrollar otros sentidos. Los brazos, ojos. Las manos, pupilas. El tacto, lo incierto. El olfato, otro lugar en la mente. Un perfecto oyente.
¿De qué hablar si no veo? ¿De lo que siento? ¿Estaría preparado para hablar de lo que siento? ¿Que haría mas, escuchar o decir?
El tratamiento infalible para ser otro del que soy. Otro verdaderamente. Uno mucho mas cercano al que sueño ser. No es una idea, no es una imagen.
Imagen: siempre de chico temí a la oscuridad. Temía a encapuchados que entraban en mi cuarto con pasamontañas negros (repetición del negro), todo sin verse bien y yo negro, mi cuerpo negro, tapado por una sabana negra, en un colchón negro en un cuarto con paredes negras.
¿Pero es oscura la ceguera?
Hay evidencias pero me es intransferible lucubrar acerca de ella, porque lo inasible de la descripción me exaspera, me llena de angustia, de ansiedad, envidia por el que tiene la contundencia empírica de la verdad practica.
Tampoco caben los casos de ceguera accidental o degenerativa, solo ceguera. No ver ni haber visto.
Vuelvo. ¿Oscura la ceguera? ¿Oscura mi ceguera? ¿Hay una ceguera y "la ceguera", o para todos lo mismo? La realidad no es para todos lo mismo. ¿Por que la ceguera habría de serlo?
Tan abismal se traduce la creencia que es pensada a través de la desesperación de inabarcar la imagen. Ausencia total, obstinación por algo que no se ve, pero se oye, se toca, se huele; enloquece. ¿Se bloquea el acto imaginativo por la irremediable realidad de no ver?
Siendo mas optimistas un ejercicio inconmensurable, que por momentos y lugares puede transformarse en otra cosa, pero siempre es lo mismo. Tan abusivo pensar que el significado de todas sus formas llevaran irreductiblemente a lo mismo, la ceguera. Idea totalizadora. Reduccionismo brutal. Nada y todo.
Entiendo un acto de fe hablar de ella.
Hoy que veo, cierro los ojos y puedo imaginar mundos propios y ajenos, nuevos y antiguos, pero solo renacen en mi mente que alguna vez los vio, los trae parecidos, similares, puedo reinventarlos sin tener que olvidarme de todo.
¿Es ella el olvido de todo? ¿Una ligereza infinita o una oscuridad densamente inacabada peor que el mas pesado de los pasados?
Sueño. ¿No es en verdad un acto profundamente hermoso imaginar por fuera de un mundo de imágenes? ¿Acaso no es esto el acto de amar? Y, finalmente, ¿quién es mas ciego, el que toma como verdadero lo que ve sin la mas mínima presunción de imaginación, o el que no ve y puede imaginar un mundo nuevo?
Pienso. La vista, distrae el alma. Siento. La moral reprime las imágenes. Imagino. Las imágenes nos alejan de los mundos que no existen.
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