-La vida toma caminos diferentes, tenes razón. A vos sí que te sonríe la vida. Lo bien que te está yendo… Que increíble, siempre supiste qué querías, desde chiquito, sabías que quería ser, y hasta cómo hacerlo, y realmente te sale muy bien.
-¿Usted no lo reconoció?
-Tengo un caso que si me sale… cuelgo las botas. No te puedo decir nada porque sabes cómo es esto, después se me pincha y no es la idea. Aunque sé que vos me tiras siempre la mejor... Pero cuando salga, que es casi seguro, te aviso. ¡Ah! Ya que estamos, dame tu teléfono y lo agendo.
- No, tú mail no. Tú teléfono…
-Ah, que por un tema de privacidad...
-No, yo no se lo voy a dar a nadie…
-Y si… uno nunca sabe.
-Claro, la gente…
-¡Dos años que no le veo!
-Cuando uno cree que ha olvidado a alguien se le cruza y otra vez vuelve a surgir todo, como el primer día. Los sentimientos impolutos, guardaditos en una cajita de cristal con una llavecita de plata, pero nosotros no tenemos esa llave la tiene el otro.
-Es una persona muy importante para mí y aunque no haya querido abrir la cajita le entiendo. Su vida ha tomado otro camino y no es el mismo que el mío, pero quien sabe, tal vez en un futuro…
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